1. TIEMPOS DE HAMBRE
La vida moderna ha traído grandes retos para la humanidad. La sociedad de consumo ha saturado de productos innecesarios a los individuos y les ha vendido el mundo empaquetado, dando como resultado una crisis de basuras que pululan y los ahogan cada vez a ritmos más alarmantes. Se habla de una alta tasa de deforestación, contaminación hídrica, calentamiento global, radiaciones nocivas y alteraciones de los ecosistemas. Las grandes ciudades se ven asfixiadas por los altos niveles de polución. Los rellenos sanitarios colapsan ante la gran cantidad de residuos que llegan diariamente sin ningún tipo de control. Los individuos han olvidado su responsabilidad en cuanto a su manejo se refiere y se han hecho los de la vista gorda ante una bomba de tiempo que ya está generando un alto impacto en el planeta.
|En las últimas semanas se han alcanzado temperaturas que oscilan entre los 25 y 26 grados centígrados en la capital del país, sin contar con incendios forestales en los cerros que han dejado grandes zonas completamente destruidas por la llamas. El fenómeno del Niño, como se le ha denominado, está en su etapa de desarrollo y se espera que continúe hasta abril o mayo para después comenzar su etapa de debilitamiento a mediados de 2016. En el país zonas como Cundinamarca, Huila, Tolima y la zona Atlántica han registrado altas temperaturas que han llevado a miles de agricultores a perder sus cosechas y sus animales por la escasez de agua, con el agravante del notable descenso de los embalses en toda la geografía nacional.
Nadie quiere pensar en lo que sucede. Las personas buscan en sus armarios la ropa cómoda e inclusive se sienten muy felices de usar zapatos de verano en ciudades como Bogotá. En las universidades los jóvenes se sientan a compartir días de picnic sin reparar en los terribles problemas que aún no los afectan directamente. La temperatura en el planeta sigue subiendo, los glaciales se están derritiendo, el efecto invernadero es una constante y no pasa nada, es solo un verano en la cuidad que es bueno de vez en cuando. Según los entendidos en cambio climático lo que sucede en la capital es el efecto “islas del calor” debido al alto nivel de urbanización e industrialización. Los materiales de hormigón con los que se han construido edificios y calles en general concentran el calor y no permiten que este se evapore.
Uno de los más terribles testimonios de los tiempos que corren es la muerte de más de 32.000 mil reses, según datos de la Federación Nacional de ganaderos (Fenegan). Uno de los planes de contingencia del gobierno nacional para enfrentar esta crisis ambiental es que los agricultores y ganaderos tengan reservas de agua lluvia. Pero la pregunta del millón es: ¿si no llueve, de qué reservas estaríamos hablando? En la región donde vivo los animales básicamente se están muriendo a los rayos del sol, no hay pasto, no hay nada comestible que pueda paliar la angustia diaria que los hace caminar días enteros por una extensión enorme sin nada que masticar, solo tierra y chamizos muertos, en la vereda San Isidro, vía la Cumbre, Cajicá. Debido a la poca cantidad de lluvia, los terrenos en los que antes se podía nadar entre el pasto crecido, entre las olas de yerba mecida por el viento, ahora no se ve un retoño, se echa de menos los dientes de león y hasta la mal llamada maleza, los únicos que permanecen en pie son los eucaliptos que se niegan a sucumbir a las altas temperaturas y a la erosión de la tierra.
2014 |
2016 |
Los tiempos del hambre están a la puerta de nuestros hogares. Como en tantas películas apocalípticas, los seres humanos tendremos dinero para comprar pero no habrá nada. Los supermercados estarán saqueados, la guerra será por agua y tendremos que respirar con máscaras. La lucha por sobrevivir será una realidad, no es posible vivir sin alimento y las tecnologías no servirán de nada, teléfonos inteligentes para registrar las hambrunas que ya están sucediendo, redes sociales para compartir la muerte de todo, twitter para registrar desde cualquier parte del planeta que se necesita agua, comida, esperanza. Muchas personas me preguntan por qué escribo sobre este tipo de temas cuando podría tener un blog sobre estilo y belleza, tomar fotos de abrigos, vestidos o maquillaje, temas tan en boga en un mundo donde lo que importa es como te ves y cuánto dinero aparentas tener. Yo les contesto que ya hay muchos haciendo las mismas estupideces, que con eso basta. Estamos atiborrados de publicidad basura, de consejos de salud que se contradicen constantemente, que parecen simples modas, ¿quién conocía la quinua o la semilla de chia hace una década por muy ancestrales que sean? ¿cuándo decidió el diablo tomar la forma del azúcar, la leche o el gluten? ¿de qué sirve ser vegano o alimentarse con productos orgánicos cuando el mundo en que habitamos está completamente enfermo y todos estamos infectados?
Las acciones que debemos emprender son ahora. Tomar conciencia y hacer uso racional de los recursos no es cuestión de los otros, es un compromiso de todos. Hemos sido desde siempre los principales predadores de la tierra.
2. POR SI LAS MOSCAS
La gestión de residuos resulta
ser un tema de suma importancia ya que consiste en la recolección, transporte,
tratamiento o reciclaje de lo producido por la actividad humana, reduciendo los
efectos al medio ambiente e intentando desde nuestro entorno generar una serie
de actividades mínimas para producir una nueva dinámica social en el tema de las
basuras. Según Diana Alejandra Sastre, Ingeniera Ambiental de la Empresa de
Servicios Públicos de Cajicá, la cual es la encargada de desarrollar la gestión
ambiental de esta región del país, es urgente que los esfuerzos se encaminen a
la construcción de políticas públicas que creen en los habitantes de las
ciudades y los departamentos estrategias sostenibles de manejo y control de
residuos. Una de las herramientas implementadas es la de educar a las personas para que separen
desde la fuente, ya sea sus casas o lugares de trabajo, todos los productos
para así lograr de manera adecuada su aprovechamiento y mitigar el impacto
negativo que tienen en el aire, el suelo y las fuentes hídricas.
Las cifras hablan por sí solas. Los estudios
realizados en los últimos cinco años en la región de Cundinamarca son concluyentes:
el 56% de residuos producidos por la comunidad son orgánicos, los cuales se
clasifican en cascaras, comida sobrante,
residuos de café, entre otros. Todos estos residuos se han convertido en abono natural y humus usados de manera eficaz
en cultivos para el mejor aprovechamiento de recursos que generan un menor
impacto para la zona y también contribuyen para que los suelos tengan mayor
productividad y se aminore de manera gradual el uso de otro tipo de sustancias
nocivas para la salud. Pero si no
reciclamos, si desde nuestros hogares no hacemos la tarea de dividir las
basuras, estamos perdiendo la batalla. En La zona de Cajicá se está trabajando desde
diferentes frentes pero si los habitantes no colaboran es imposible que a largo
plazo se vean los resultados. Desafortunadamente existe reticencia a los nuevos
procesos y si una o más personas no reciclan adecuadamente el trabajo de un
millar se ve afectado.
Por esto se han adoptado
diferentes estrategias de trabajo con las comunidades que incluyen de manera
permanente el seguimiento y la capacitación para el mejor aprovechamiento de
las herramientas que se entregan de manera gratuitita, como son las canecas
verdes y el bocashie, que es un material orgánico fermentado que depositado con
los residuos de manera controlada genera la descomposición de los azucares,
almidones y proteínas, liberando sus nutrientes y haciendo más viable su uso y transporte a las
empresas encargadas de su manejo y distribución en forma de abonos orgánicos.
LOS ROSTROS DEL RECICLAJE
Todos los martes llegaba a la bodega de basuras del conjunto residencial Candelaria antes de las seis de la mañana. Debe rondar los 50 años. Siempre lleva una gorra puesta y una sonrisa en el rostro. Es muy diligente y silencioso. Apila al lado de su bicicleta tarros plásticos, cartones y botellas, organiza todo con una gran paciencia. Las personas lo miran cuando pasan por su lado, él no se detiene a observar a nadie ni se preocupa por los comentarios. Hace poco, no lo volvieron a dejar entrar a la bodega y lo obligaron a realizar su trabajo desde la calle. Los residentes se quejaban de su apariencia, no les gustaba verlo al lado de sus autos o sus casas. Sin embargo, a Luis muy poco le interesa llevar la contraria o defender su honrado trabajo, simplemente se retiró con humildad de la mirada de aquellos a los que molestaba por recoger sus desperdicios y basuras. A los que lo atacaron no les interesó saber que esta hombre cabeza de hogar y padre de 3 niños pequeños debe arrastrar su triciclo cargado con kilos de material de reciclaje dos horas hasta el centro de acopio que queda en las afueras de Cajicá. Tampoco les interesó saber que con el dinero que gana paga un arriendo, alimenta a los niños y les da una educación, para que no deban soportar como él las humillaciones de un mundo egoísta que segrega y hace a un lado a las personas por su apariencia y trabajo. Recoger basura es mendigar, dice la gente. Es un oficio que pareciera pertenecer a los desposeídos, a los indigentes. Nadie se toma el trabajo de ver más allá o algo tan simple como respetar una labor más ardua y benéfica que muchas.
- - ¿Le molesta que la gente lo mire mientras
trabaja?
- - La verdad no me importa lo que digan las
personas, hace rato esas cosas dejaron de importarme.
- - ¿Es difícil trabajar con la basura?
- - Al principio sí, ya no. Lo malo es el olor, pero
bueno, somos seres de costumbres.
- - ¿Qué es lo más difícil del reciclar?
- - Es un trabajo duro, está uno en la calle todo el
día, a veces el clima no ayuda y es
castigador para el cuerpo, duelen las manos, las piernas, es agotador.
- - ¿Usted cree que ha cambiado la percepción de las
personas con respecto al manejo de las basuras?
- - Yo creo que sí pero falta mucho todavía.
- - ¿Qué es lo más extraño que ha encontrado?
- - He encontrado dinero, ropa bonita,
electrodomésticos en buen estado, de todo. Lo que para mucha gente es basura
para nosotros es un tesoro. Las personas no se dan cuenta que tiran cosas casi
nuevas porque quieren otras más de moda.
- - ¿Desde cuándo recicla?
- - Un día salí de la casa sin una moneda en el
bolsillo, los niños con necesidades y sin posibilidad de un trabajo por la
edad. Vi un señor con una bicicleta en un conjunto recogiendo material de
reciclaje y me acerqué a mirar lo que estaba haciendo. El empezó a mostrarme
todas las cosas que podía rescatar de la basura y hacer de esas cosas dinero,
trabajo digno, calidad de vida para los míos.
- - ¿Y cómo empezó a trabajar?
- - Me presenté a ASCA, que es la asociación de
recicladores de aquí, y ellos me ayudaron a integrarme al grupo. Me colaboraron
con el triciclo que es muy importante para el trasporte de los materiales y ya
con mucha alegría empecé a trabajar hace dos años.
- - ¿Cómo ha cambiado su vida?
- - En todo sentido. Tengo un trabajo que me gusta
hacer y en mi casa no falta la comida ni las cosas de los muchachos que para mí
son lo más importante.
- - ¿Qué
dicen sus niños de su trabajo?
- - Ellos agradecen mucho las cosas, hemos pasado
muchas necesidades. Mi trabajo es bendición.
- - ¿Cómo hace para soportar los señalamientos de la
gente?
- Usted en la vida no se puede detener por la
gente, ni porque ellos digan una cosa o la otra. Usted tiene que pensar que lo
más importante son sus hijos, darles lo que necesitan, lo demás no me interesa.
Si se ríen o me ofenden, yo paso con mi cabeza bien alta porque trabajo por una
vida digna y punto. Hay algo que yo tengo que decir con respecto a las cosas
que la gente habla sobre nosotros los recicladores, si se pusieran un solo día
en nuestros zapatos, si se levantaran a las 4 de la mañana y trabajaran como
nos toca a nosotros, yo le puedo asegurar que dejarían de señalarnos y
humillarnos como lo hacen. Aquí lo más importante es que las personas nos dejen
de ver como mendigos por qué no lo somos y que comprendan que ser reciclador es
una labor tan digna como cualquier otra. No somos atracadores, somos hombres y mujeres humildes que nos ganamos la vida recogiendo las cosas que todos desechan. La basura para nosotros
es sustento y es felicidad pese a lo que las personas puedan pensar.
Otro de los rostros que encontré
fue a Francisco Moreno. Él es fundador de
ASCA, Asociación de Recicladores de Cajicá. Él y 32 personas más son los encargados de recoger diariamente los
residuos en la zona urbana para llevarlos a los centros de acopio adecuados por
esta organización para hacer la recolección y selección de materiales aptos
para ser reciclados. Estas familias de bajos recursos han visto en esta tarea
una forma de trabajo digno que les permite diariamente llevar a sus
hogares lo necesario para la subsistencia. Muchos de los asociados son mujeres
cabezas de hogar que por su falta de escolaridad han buscado en esta labor una
manera de ganar dinero e intentar hacer algo por su entorno. Más que un trabajo,
para muchas de estas personas, el reciclaje es una forma de vida que les ha
permitido entender lo difícil que es ganarse el pan buscando en la basura lo que
la gente desecha y que para ellos es útil.
-
- ¿Cómo empieza su trabajo en la asociación?
- ¿Cómo empieza su trabajo en la asociación?
- - Empecé a reciclar yo solo por necesidad
económica. Mucho después conocí una trabajadora social de la Alcaldía y con
ella comenzamos este proyecto.
- - ¿Qué le ha aportado este proyecto?
- - Todo. Unas ganas grandes de trabajar por otras
personas y trabajar por el medio ambiente.
- - ¿Cuál es el impacto de reciclar en la
sociedad actual?
- - No hay otro camino. Eso es lo más importante que
tenemos que entender como sociedad. Si no se recicla estamos por el camino de
la destrucción. Nosotros aquí éramos una zona rural. Desde hace 10 años comenzó
una urbanización desbordada que nos ha llevado a una crisis ambiental de unas
dimensiones muy peligrosas. Hay urbanizaciones con 400 casas, donde por familia
pueden haber 4 o 5 integrantes, entonces, si no se recicla, el tema de las
basuras se desborda. Nosotros entramos a jugar un papel muy importante porque
hacemos de esta labor un trabajo remunerado que nos ayuda económicamente y
sacamos adelante un proyecto socialmente maravilloso que es el reciclaje.
- - ¿Cuánto
dinero puede hacer una persona en un día?
- - Eso depende de los materiales que traiga, muchos
30, 40 hasta 50 mil pesos.
- - ¿Por qué la gente aún no ve la necesidad de
reciclar?
- - Simple, porque aun todo está a la mano ¿necesita
comida? la compra en el supermercado, el agua está ahí. Cuando empiecen a
escasear los recursos es cuando la gente se va a dar cuenta del terrible daño
que se le ha hecho al planeta. Si usted mira esta región, hemos pasado de ser ricos en cultivos de arveja, papa, lechuga, a
no tener tierra donde sembrar. Los seres humanos se han empeñado en construir,
en edificar, no en sembrar. Por ese camino se vienen tiempos de muchas
penurias.
- - ¿Cuáles son las características de las personas
que trabajan en esta asociación?
- - Mujeres y hombres que oscilan entre 40 y 50
años, en estado de vulnerabilidad. Que ya sea por su edad o condición social y
cultural no pueden acceder a otro trabajo.
- - ¿Cuáles son los mayores retos de la sociedad
actual?
- - Entender los problemas y asumir una posición de
trabajo y compromiso ante ellos.
- - ¿Cómo ve el futuro de esta región?
- - Complejo si no cambiamos.
- - ¿Si pudiera definir su trabajo en tres palabras
cuáles serían?
- - Alegría, compromiso y cambio.
Para esta comunidad, la gestión de residuos es tratar el material de desecho como un recurso para ser explotado. Para ellos lo más importante es que las comunidades entiendan que el reciclaje es la única manera sostenible para que el planeta respire y nos dé a todos la posibilidad de una vida con recursos imperecederos. El reciclaje significa recuperar para otro uso un material considerado desecho y basura.
Aunque existe la tendencia a reconocer el reciclaje como una contribución al medio ambiente y hay esfuerzos para integrarlo al sistema de gestión de residuos, tanto por ser rentable como por la ayuda que provee a la población, existe un alto coste humano en estas actividades ya que los recicladores están expuestos a enfermedades, accidentes y la esperanza de vida disminuye debido a sus condiciones de trabajo donde tienen contacto con materiales tóxicos e infecciosos.
Si todos nos ponemos la mano en el corazón e
intentamos cambiar la manera en la que fuimos
educados, las cosas podrían ser diferentes a futuro. Con este trabajo, que
puede parecer a todas luces desesperanzador, lo único que busco es que los que
lo lean puedan abrir su mente hacia una cultura de gestión de recursos que
permita que las generaciones venideras disfruten de una vida menos penosa a la
que estamos condenados por omisión. Una de las constantes es que todos esperamos
que las cosas cambien pero no hacemos nada para hacerlo posible.
Como no
escribo para nadie ni este texto pasará por ningún tipo de editor, mi visión de
todo esto es que ya es demasiado tarde. Eso lo veo en el paisaje devastado que
recorro a diario, en el rostro de las personas a las que poco o nada les
importa el entorno, en la mentalidad pobre de todos aquellos que caminan sin
ver, que trabajan en cualquier cosa para encontrar un sustento, en los
gobiernos que roban al pueblo, en los animales que mueren sin ayuda, en las
grandes urbanizaciones plagadas de gente que no para de procrear, en un cielo
sin estrellas porque la contaminación las ha sepultado a nuestros ojos.
Una de
las grandes enseñanzas que me ha dado trabajar sin ningún tipo de
restricciones, ya sea por un medio o un jefe particular, es que se puede ser
desgarradoramente honesto. Cuando
trabajaba por un sueldo miserable tenía que escribir para hacer feliz o menos
desgraciados a unos cuantos. Ahora subsisto de la realidad, el único beneficio
que recibo es poder decir lo que realmente sucede sin metáforas ni engaños. Por
eso preparen las máscaras, intenten recolectar algo de agua, compren muchos
enlatados y comida no precederá por si las moscas.
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